La última semana ,nos ha traído dos episodios que parecen confirmar las palabras, que el ministro Hinzpeter usó para referirse a su par de minería. Dijo en la revista Capital, el jefe de gabinete,que un liderazgo político es fruto del trabajo,la dedicación y la experiencia, mas allá de episodios afortunados que son puntuales, y que si bien pueden otorgar popularidad, a la larga se desvanecen. No le parece justo a don Rodrigo la cosecha de popularidad y simpatía que cosechó en cuatro semanas don Laurence.
No transcurrió más de una semana, y los hechos parecen dar la razón a lo que Hinzpeter y muchos otros pensamos acerca del laureado Laurence. Sí porque, esta semana y al parecer siguiendo recomendaciones de sus asesores de imagen, terció con su propia opinión acerca del bochorno de la ANFP, aludiendo nada menos que al llamado "caso spiniak" para forzar una analogía con las acusaciones en contra de S.E y colaboradores cercanos. Chascarro mayúsculo que obligó a los jerarcas de la Udi a tratar de explicar "el sentido" de esa declaración. Mal, porque su actual jefe en su momento respaldó a la diputada RN que difundió las acusaciones, falsas y calumniosas, como se comprobó en breve. No fue el ejemplo adecuado para respaldar al ejecutivo.
El otro hecho, sin duda más grave, porque se refiere a la cartera que el propio Laurence dirige, ocurrió cuando para descatar de plano cualquier responsabilidad del gobierno, en el accidente ocurrido en la mina Los Reyes de Copiapó. Esta vez el ministro olvidó la promesa hecha ahí mismo en Atacama, de que "nunca más iban a ocurrir accidentes porque los organismos responsables no hacían su trabajo". En un vuelco radical ahora sostuvo que el gobierno no se podía responsabilizar de las faenas informales o ilegales. En otras palabras el ministerio está para las empresas formales, y que actúan conforme a la ley. Airadas reacciones surgieron de inmediato, siendo el más enfático el ex ministro del Trabajo Osvaldo Andrade, recordándole a Goulborne que precisamente la tarea era fiscalizar a los que no cumplen la ley.
Para colmo de males, se informó ayer que existía una denuncia, ingresada hace más de dos meses en el Sernageomin de Atacama donde se informaba explícitamente los graves riesgos que la faena tenía.
Todo lo anterior le da la razón a Hinzpeter, no basta una bonita sonrisa, y unas apariciones exitosas en la TV para constituir un liderazgo político. Los que en la derecha pensaban que todo sería cocer y cantar, viendo como subía la popularidad de Laurence, van a tener que armarse de paciencia, y seguir buscando. A no ser por cierto, que le pidan a su gladiador más experimentado, que salga de las escuelas-container y vuelva a presentarse por enésima vez.
sábado, 13 de noviembre de 2010
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