Para colmo de males el presupuesto presentado al Congreso Nacional para 2011, muestra vaguedades y grises, que han llevado al presidente del PS a calificarlo como "oscuro e hipócrita", mientras el Ministro Lavín justificada el despido de cientos de funcionarios del mineduc en un exceso de personal, en su cartera el presupuesto para honorarios crece en un 500%. La explicación de la senadora Mathei para este milagro celestial fue "Es que hay que meterle mucho cerebro...", nuestro popular y querido Condorito, diría "Exijo una explicación".
En medio de una serie continua e ininterrumpida de chascarros y papelones del primer mandatario, que tiene a sus propios partidarios mirando para el techo y avergonzados, nada parece servir para darle ese "sentido de urgencia", ese "deseo de unidad" que don Piñi menciona como un mantra, pero que no hace sentido a los damnificados del terremoto y maremoto del 27 de Febrero de 2010. La huella del cataclismo está presente cada día para cientos de miles de personas del Maule, Chillán y la Araucanía, ni con toda la parafernalia y especiales atributos de la "quintrala" de Concepción, el gobierno ha podido revertir el creciente descontento popular.
Como muchos pensaron al ver las repetitivas imágenes del rescate de Atacama, mostradas hasta la saciedad en TV, una vez apagadas las luces y las cámaras, la vuelta a la realidad está siendo brutal y dramática. Porque luego de que se evocara majadera y utilitariamente la ayuda divina en Copiapó, llegando a Santiago se afirma categóricamente que en la reconstrucción "no hay que esperar milagros". ¿En qué quedamos entonces?, cuando se requiere un gran despliegue de recursos y por sobre todo una eficiente gestión pública, se justifica la negligencia, el retardo injustificado, en que los milagros no existen.
Las políticas públicas entregadas a los grandes operadores del retail, pretender privatizar la gestión pública en manos del gran empresariado, delegando en el voluntariado y el ejército la tarea principal de apoyo a los damnificados, refleja una distancia abismal con lo que debiésemos recibir del Estado en una contingencia catastrófica.
En Concepción, en la ceremonia de reapertura de puente destruido en Febrero, nuestro gobernante nos regala otra frase para la posteridad"Esta reconstrucción ha sido la más rápida, la más completa y la más eficaz de toda la historia de nuestro país".
La población no le pide milagros a su gobierno, si se quisiera eso elegiríamos un Papa y no un Presidente, no puede el gobierno excusar su incompetencia en materia de vivienda y obras públicas en las zonas amagadas por el mega sismo, en lo bien que se logró el rescate de Atacama. Si el Estado gastó 20 millones de dólares en el rescate y fue aplaudido y apoyado por todos los sectores, del mismo modo debiera actuarse en la reconstrucción.
Si se pretende esperar que el mercado resuelva los problemas públicos, los habitantes del Maule, Chillán y la Araucanía pueden esperar hasta el tricentenario, y sus viviendas seguirán en el suelo.